Bienvidos

lunes, 23 de mayo de 2011

Con el Fénix

Por: Kelly Aguilar G.
Su huida no fue por la centellante luz que vio ¡no, no!… ella se encargó de construir el mundo del olvido… ¡Un universo donde se le olvido como era la realidad!...
Un suave rayo de luz se acercaba acariciándole el rostro, un ligero calorcito se entremezclaba en sus huesos, un abrazo… un batir de alas… casi tan rojas como los cabellos de su larga melena, casi tan encendido como sus ojos chispeantes, tan lleno de vida, como su misma juventud… a esa luz brillante que producía el sol antes de ocultarse ella le decía: “Es como el Fénix”.
“Todos las tardes tiene una dulce muerte entre los tonos rosas y violetas… los naranjas y celestes y en las mañanas nace triunfante entre las manos de la oscura noche”…
Ese día, fue cuando lo entendió debía seguirlo… decidió alejarse definitivamente de su hogar, cerró los ojos y se dejó guiar por su amada ave de fuego.
La que veía todas las tardes, levanto sus manos y se fue con el viento siguiendo los dulces cantos de tan brillante resplandor; sus dedos se fueron confundiendo entre las rojas alas del ave, sus ojos poco a poco se fueron llenando de más brillo, pues se iban enmarañando con las miradas de fuego de su Fénix… el ave que todas las tarde platicaba con ella en los susurros del viento… dormida se fugó con su ave de fuego y no volvió, sólo se marchó.
Aunque el luto solo duró unos cuantas horas, se ha intentado seguir viviendo después de su ausencia, siempre hay quien espera que ella vuelva de su sueño desquiciante; un sueño que nadie entiende cómo llego, a quién le pidió permiso para marcharse… ella solo tomó su pensamiento y se fue de viaje… entre las alas de fuego de su Fénix…
De la autoras:
Cuando perdemos alguien no hay palabras para describir el dolor es un sentimiento que todos en una alguna parte de la vida hemos experimentado o que llegaremos a experimentar… es una forma no hablar sin usar palabra alguna, es una forma de para demostrar lo que sentimos por medio de nuestras emociones y son nuestras lágrimas las que informan a los demás la pena que llevamos dentro… quizá las lágrimas que botamos sirvan para lavar nuestra alma, quizá quede nuestro espejo o venta a nuestro interior limpio, pero es el poder no decir nada con nuestra boca aunque nuestro cuerpo este gritando el que nos ayuda a ser mejores personas…

No es necesario hablar con palabras, para decir lo que estamos pensando… en el silencio de nuestra voz también encontramos respuestas a nuestras inquietudes.

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